MERCADO CLANDESTINO
EL CANNABIS TOMA FUERZA EN LA CLANDESTINIDAD, ANTE EL TABÚ Y TRABAS DEL ESTADO, SE TOMA LAS CALLES Y CREA UNA MEDICINA FUERA DE LÍMITES.
La marihuana medicinal tiene múltiples retos que afrontar, pero esta industria que lentamente rompe las barreras de la aceptación social, al no encontrar puertas, se abre paso en la clandestinidad al llenar las calles de diversos productos no verificados. Al dar un recorrido por distintas zonas de Bogotá, es fácil identificar un fenómeno de venta clandestina: productos como cremas y gotas que afirman ser en base de marihuana. Llama la atención como productos que se publicitan como medicinales sin tener ningún aval de eficacia ni verificación, al acudir a organizaciones de control de medicamentos como INVIMA y Minsalud se informa de alertas de seguridad, detección y destrucción de estos productos por parte de entidades de fuerza pública.
La producción clandestina de este tipo de mercado, toma relevancia como vía de escape ante prohibiciones y costos elevados para participantes del mundo de medicamentos alternativos. Y como respuesta al alza de la demanda, ya sea por consumidores casuales, o aquellos que sufren de algún padecimiento médico y se ven enfrentados a la búsqueda de una nueva medicina. Y como todo mercado ajeno a la regulación, su conocimiento empieza por el voz a voz. Con una necesidad sin saciar, el cultivo par creación de productos medicinales es fácilmente confundido con corrientes de narcotráfico. El vacío de cultura cannabica en la actual sociedad, trata de ser mitigado por nuevos productores de aceites propios de CBD, quienes imparten información de la producción y fabricación de estos medicamentos.
Principalmente a la hora de cultivar y destilar la planta, puesto que se hace uso de químicos de limpieza de la planta, con los cuales se debe ser extremadamente peligroso. sin vigilancia ni regulación, no hay garantías de ningún tipo de la seguridad que ofrece el producto.
Entre las hipótesis que se manejan de porque el intento de regular con las instituciones gubernamentales los productos que desean ingresar a la industria, es respecto a los elevados costos de adquisición de permisos y acceso a las bases de regulación. sin mencionar el vacío de investigaciones en relación a la planta en el país de Colombia.
El riesgo de ilegalidad aumenta, entre el mercado clandestino, desde que se hace vigente la aprobación de la ley de cultivo 1787 de 2016, en donde se permite la posesión de 20 plantas por persona. Con eso a favor de los colombianos, un estado apacible y la necesidad de una solución que apaciguar momentáneamente dolencias físicas o de TMS.
Es un mercado atractivo tanto a nivel local, como a nivel internacional, se estipula que al menos “99 millones de dólares al año en ingresos podrían generar las 56 hectáreas de cannabis medicinal sembradas en Colombia, según cálculos de Fedesarrollo. Para 2025, los ingresos llegaron a 791 millones y en 2030 a 2.744 millones”.
el mercado negro de este negocio tiene múltiples etapas: comercio de semillas, de producción y manejo de la planta, elaboración de productos derivados y venta sin regulación. Esto genera diferentes focos del problema, y cómo está generando un problema en crecimiento, ante la falta de consciencia que aún lleva la planta. Lo peligroso, es que aunque responde a una necesidad médica, no hay una base sólida para aprobar el uso de estos tratamientos, por no saber que reacciones puede tener, se necesitan ampliar los pilares de estudio en estos aspectos de la medicina alternativa con cannabis.
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Pero...
Existe toda una normativa respecto a la planta del Cannabis, al rededor de Latinoamerica, con leyes respecto a su consumo recreativo y medicinal. Para entender la aparición de la clandestinidad, hay que entender que normas rigen en cada país.
Consumo a nivel Bogotá, Colombia.
De la misma forma, entre las incógnitas que plantea dejar un mercado clandestino respecto al Cannabis, es crucial conocer el nivel de consumo en la capital colombiana, y representado por sectores de mayor grado de consumo.
COSTOS Y LICENCIAS
